jueves, 24 de abril de 2008

Lo que no se compra en la boutique


Mi clóset está en transición, lleva esperando un par de meses, los mismos desde que la balanza marca una cifra cada vez más temible. Me niego a pasar por los frustrantes episodios de ir de compras y probarme ropa en falso una y otra vez. He aprendido sólo a vitrinear y armar atuendos en mi cabeza. Pero las tentación es grande y el otro día me metí a un boliche que exhibía un chaleco de lana precioso que tenía todo mi estail; comencé con la pregunta de rigor o más bien de terror: - Los chalecos son estándar? (si la respuesta es afirmativa, en mi mundo eso significa que no te va a caber ni cagando) – Sí, son estándar, pero yo creo que le queda, porque esos chalecos dan. Aún sabiendo que no era así, la ilusión se apoderó de mí y al segundo después yo figuraba dentro del probador luchando con el chaleco que ya no era nada de bonito y nunca tuvo mi estail. Cómo ya estoy entrenada para tal situación, no sentí nada, desde dentro le grité a la vendedora: - nooooooo ni una posibilidad me quedó súper chico, - chuta me dijo ella, como empatizando con mi drama xl y antes que empezara a venderme la pomá de nuevo, le contesté:- no se preocupe, más se perdió en la guerra!, - uyy no me diga nada yo estoy tan enferma, me siento mal. Plop! Algo hizo que nos conectáramos y empezó la segunda parte de la transacción: comenzó a contarme que hace poco está saliendo de un cáncer uterino, pero que vive con el fantasma de que éste reaparezca, que se siente deprimida, que se siente sola. Me cuenta que le sacaron “el interior” y en su lugar le pusieron una malla para sostener lo que quedó. Yo que a esas alturas estaba sentada a su lado, mirándola fijo, trago saliva para poder hablar, pero no tengo nada que decirle, le tiro toda la máxima buena onda posible y le arranco una sonrisa desganada, ella se tranquiliza y al menos en ese momento se convence que todo estará bien; yo sigo mi trajín, mientras mi clóset sigue esperando.

1 comentario:

Daniela Carvallo dijo...

El destino nos hace conectarnos con las personas sin ninguna razón hasta que nos damos cuenta del porqué

Y la vida nos sigue enseñando que hay miles de cosas más importantes que una talla.

Que importa si sale el sol si no lo ves porque tienes los ojos cerrados? pero te equivocaste porque se puede sentir su calor.