Cómo la tristeza te come sin saber de nutrición ni de esfuerzos, cómo la duda te abstrae sin preguntar por qué, cómo la suerte te lleva hasta el Pacífico sin tener intención, no tengo ni idea.
Mientras más vieja me pongo más ignorante y hasta inconciente.
Me llevan las ideas sin distingo hasta más allá de mi jardín luminoso, etéreo, bucólico y gigante, como salido del amazonas infantil, terco y sustancial, provisto de la biodiversidad envidiada por los ecólogos puristas y por mí conciente con cuociente uno: yo.
Me muero por una cita entretenida y con sentido, cómo te extraño sólo por ser el anfitrión del día y entretenerme como si fuera parte de la rutina que es calificada posteriormente.
Prefiero tu memoria inolvidable – envidiable; a la torpeza tímida que te hace sentir lejana y tonta, dependo de mi lucidez medida en vasos de ron cola y millas de regalo, cuánto te extraño.
Cómo añoro tu barba desarreglada y tus ojos revueltos,
cómo quiero tu regaño apasionado y predecible
para salvar el momento tendencioso y siniestro de la adolescencia insistente y casi perenne.
T e a m o, t e a ñ o r o, como una novia histérica e impaciente, como estudioso sin rumbo, como loco entusiasta.
Sólo t e e x t r a ñ o y t e i n v o c o: soy tu fans
tu devota;
soy tu amalgama misteriosa y rara,
soy tu sangre y tu voz,
soy tu eco y proyección:
soy tú !!!!!
